LUDOCIUDADANIA
“CULTIVANDO VALORES PARA LA CIUDADANÍA”
instituciÓn educativa RURAL CHAPARRAL
Guarne – antioquia
INTRODUCCIÓN
Las relaciones que establece el ser
humano con los colectivos a los que pertenece, están determinadas por vivencias
donde los valores son referentes importantes. Se puede afirmar que si un
individuo establece relaciones donde el respeto, la responsabilidad y la
solidaridad estén presentes, es posible la formación de un ciudadano competente
para que actúe de manera constructiva en la sociedad democrática, permitiendo
que como ciudadano contribuya a la convivencia, a la construcción de procesos
democráticos y a comprender la pluralidad como oportunidad y riqueza de la
sociedad, tanto en su entorno cercano (familia, amigos, aula, institución
escolar), como en su comunidad, su país o a nivel internacional, pues al formar
verdaderos ciudadanos se está contribuyendo en la construcción de una sociedad
justa y se potencian las fortalezas de los jóvenes para que se proyecten con un
proyecto de vida exitoso.
Con este proyecto se pretende mostrar
como a través de la articulación de la formación en competencias ciudadanas con
las herramientas que proporcionan la lúdica y la pedagogía se puede mejorar la
convivencia escolar y los ambientes de aprendizaje en que se desenvuelve
cotidianamente la comunidad de la Institución Educativa El Chaparral, en el
municipio de Guarne, garantizando el aprendizaje, formando seres humanos
felices, prósperos, saludables, participativos y conscientes de su protagonismo
y comprometidos desde la participación en la toma de
decisiones de su comunidad para dar solución a los problemas que los afectan.
El proyecto pretende la
formación en competencias ciudadanas de los estudiantes de grado 11º,
propiciando actitudes y prácticas que favorezcan la formación de ciudadanos capaces de
responder a los requerimientos y retos existentes en la aldea global, en
especial en la compleja problemática de convivencia social.
Se proponen una
serie de actividades lúdicas que facilitan el diálogo y la camaradería entre
los miembros de la comunidad educativa para alcanzar un cambio real, efectivo y
eficaz que redunde en beneficio de todos, de tal forma que se reconozca que las
competencias ciudadanas, articuladas entre sí, son soporte para el mejoramiento de la calidad de
vida.
RESUMEN
Este
proyecto tiene como propósito la formación en valores y en competencias ciudadanas que favorezcan la
convivencia, la calidad de vida y la realización del proyecto de vida de los
estudiantes en la Institución Educativa Rural Chaparral, en el municipio de
Guarne, garantizando el aprendizaje, formando seres humanos felices, prósperos,
saludables, participativos y conscientes de su protagonismo en la construcción
de una sociedad justa, equitativa y pacífica, y comprometidos desde la participación en la toma de decisiones de su comunidad para
dar solución a los problemas que los afectan.
Para
la recolección de la información se utilizaron las encuestas, y en el diseño
metodológico se utilizó la investigación cualitativa, con el método de
investigación acción participativa. Entre las conclusiones que arrojó la
implementación de la propuesta se obtuvo que si se establecen relaciones donde
valores como el respeto, la responsabilidad y la solidaridad hagan parte de las
prácticas cotidianas de los estudiantes, se logran aprendizajes que favorecen
la convivencia. Igualmente, las estrategias de enseñanza basadas en actividades
recreativas, contribuyen a la apropiación de las competencias ciudadanas y a la
formación de ciudadanos competentes, autónomos y dotados de las herramientas
que les permitan la realización de su proyecto de vida.
- COMPETENCIAS CIUDADANAS
- CULTURA CIUDADANA
- LÚDICA
- PEDAGOGÍA
- RECREACIÓN
COMPETENCIAS CIUDADANAS: conocimientos
y habilidades cognitivas, emocionales y comunicativas que hacen posible que las
personas participen en la construcción de una sociedad democrática, pacífica e
incluyente.
CONVIVENCIA: vida en común que alguien lleva con una o varias personas,
siendo un factor trascendente para el bienestar emocional y la salud de los
individuos.
CULTURA CIUDADANA: noción que busca la regulación propia del
comportamiento entre personas para el acatamiento de un conjunto de normas
establecidas para los ciudadanos. El objetivo fundamental que incorpora el
concepto es producir autorregulación social, es decir, capacidad para cumplir
las normas por voluntad y decisión propia para ayudar a otros, usando
mecanismos lícitos al cumplirlas, para resolver pacíficamente los conflictos y
para respetar la palabra empeñada.
JUEGO:
dimensión particular de la lúdica que corresponde a acciones o ejercicios
recreativos sometido a reglas, en los cuales se gana o se pierde.
JUEGO
PEDAGÓGICO: son todas aquellas acciones sociales dirigidas con los escolares,
para que en forma sana, alegre, positiva, participativa y trascendente, generen
aprendizajes significativos, a través de la vivencia, la exploración, la
abstracción, la reflexión, creación y solución de problemas. Se constituye en
una fase indispensable del desarrollo síquico, físico, afectivo, social y
espiritual del ser, porque lo relaciona con el ámbito cultural, político,
social, erótico, emocional, estético y espiritual; porque le permite
experiencias diversas aplicadas al pensamiento simbólico y concreto, o sea que
el juego pedagógico permite asimilar la realidad del mundo que le rodea y
ubicarse dentro del contexto real.
LÚDICA: potencialidad creativa,
actividad innata, inseparable de la condición humana que lleva al desarrollo
integral y que produce diversión, placer y alegría, en los cuales los sujetos
que los reproducen satisfacen necesidades emocionales y usan el conocimiento
del yo.
PEDAGOGÍA: ciencia que tiene como
objeto de estudio a la formación del sujeto y estudia a la educación como
fenómeno socio-cultural y específicamente humano, brindándole un conjunto de
bases y parámetros para analizar y estructurar la educación y los procesos de
enseñanza-aprendizaje que intervienen en ella.
2. JUSTIFICACIÓN
La necesidad de generar actitudes
positivas y la práctica de competencias ciudadanas en los estudiantes de la Institución
Educativa Rural Chaparral, en el municipio de Guarne es evidente. Todos los
actores de la comunidad educativa, en este caso particular los estudiantes de
grado undécimo, están llamados a concientizarse de esta situación para que sean
actores generadores de cambio, que a través del desempeño de las competencias
ciudadanas, puedan participar en la toma de
decisiones de su comunidad para dar solución a los problemas que los afectan
y no sean entes pasivos o indiferentes que esperen o piensen que la
responsabilidad es de otros.
Las estrategias que ofrece la lúdica
se convierten en herramientas fundamentales para el desarrollo del proyecto en
la búsqueda del alcance de los objetivos propuestos, ya que el aprendizaje,
desarrollo y práctica de las competencias ciudadanas requiere de la puesta en
marcha de métodos que despierten en los estudiantes el interés, la creatividad,
la motivación y en el que puedan manifestar sentimientos y creencias favorables
hacia el aprendizaje, participando creativamente en un proceso que le permitirá
construir su propio conocimiento de forma vivencial.
La propuesta está basada en la
realización de actividades lúdico-pedagógicas donde a través del uso de las
herramientas que ofrece la lúdica, de la reflexión, del juego y del disfrute,
los estudiantes se sensibilicen sobre la importancia de ser un ciudadano
competente, que pueda usar sus capacidades para enfrentar los problemas de la
vida cotidiana y para que actúe de manera constructiva en una sociedad justa y
democrática, realizando su proyecto de vida.
6. PROPUESTA
6.1 TITULO DE LA
PROPUESTA
“CULTIVANDO
VALORES PARA LA CIUDADANÍA”
6.2. DESCRIPCIÓN
DE LA PROPUESTA
Esta propuesta surge como resultado
del trabajo realizado por los autores en la búsqueda de estrategias
lúdico-pedagógicas que permitirán la sensibilización, aplicación y proyección
de acciones en pro de la formación de un nuevo ciudadano en la Institución
Educativa Rural Chaparral, en el municipio de Guarne.
El desarrollo de la propuesta ha
propiciado la interacción social de los jóvenes, de los docentes y de las
diferentes personas de la institución. Los ha invitado a disfrutar de la
convivencia armónica, a sentirse un sujeto en derecho y con deberes, con
principios de civilidad que favorecen los ambientes de aprendizaje
institucional, poniendo en práctica la autorreflexión, el encuentro consigo
mismo y con los otros, el despliegue de sus potencialidades y la capacidad de
relacionarse con los demás.
En la propuesta se trabaja el ser
humano desde las dimensiones social, afectiva, física y lúdica, lo que contribuye
a afianzar valores, vivenciar la afectividad, disfrutar de diferentes
actividades lúdico-pedagógico y así propiciar un sitio de encuentro para la
integración comunitaria y el sano esparcimiento. Igualmente, brinda elementos a
los educadores para hacer más eficaz el
desarrollo de los objetivos propuestos en cada área del conocimiento, en
este caso particular en el área de Ciencias Sociales, y que apunte al
desarrollo integral de los alumnos.
El
plan de acciones desarrollado contempla el diseño de la propuesta y de los
talleres lúdico-pedagógicos, la aplicación y evaluación de los mismos,
elaboración de la cartilla como producto final y, por último, la elaboración
del informe final. En la elaboración
del informe final, se tendrán en cuenta los elementos adquiridos durante la
especialización para plantear las conclusiones y recomendaciones pertinentes,
además de presentar las estrategias para que el proyecto continúe en la
institución, una de las razones de ser de la cartilla elaborada.
6.3 JUSTIFICACIÓN
La propuesta que se presenta es una
respuesta a la necesidad de formar un nuevo ciudadano en la institución
educativa que pueda trascender con dichos valores a la comunidad para vivir
armónicamente con los otros y emprender un proyecto de vida, basado en la
búsqueda y el acceso al conocimiento, a la ciencia, a la técnica, a la cultura,
donde el estudiante desarrolle la capacidad crítica, reflexiva y analítica,
mejorando el nivel cultural y la calidad de vida de la comunidad en que se
desenvuelve.
Se trata de una visión que integra al
ser humano como ciudadano del mundo, en actitud de reconciliación consigo
mismo, con los demás miembros de su comunidad y con el universo. Incluye una
toma de conciencia para la reconocer que está en sus manos mejorar la calidad
de vida y la conservación de valores trascendentales y el cultivo de emociones
positivas, para que sea feliz, sano y próspero.
Con la propuesta se busca que los jóvenes
se sientan ciudadanos del mundo, comprometidos a preservar y a mantener los
valores que todo ciudadano debe llevar, luchando para mejorar positivamente la
calidad de vida de su comunidad.
La propuesta está basada
en la realización de actividades lúdico-pedagógicas en las que a través de
la reflexión, del juego y del disfrute, los estudiantes se sensibilicen sobre las ventajas que trae vivir
como un ciudadano competente, dotado de confianza, capacidad de comunicación y cooperación,
valores fundamentales para el logro de los propósitos y principios orientadores
de la propuesta planteada.
6.4
OBJETIVOS
OBJETIVO GENERAL:
Promover la práctica de
conductas que contribuyan a la convivencia armónica, a la participación y al
mejoramiento de la calidad de vida, a través de estrategias recreativas que posibiliten la formación en competencias ciudadanas.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
- Sensibilizar a los estudiantes sobre el
papel que cada uno tiene en el mejoramiento de la
calidad de vida personal y de la comunidad, fortaleciendo el conocimiento de sí
mismo, sus capacidades y potencialidades.
- Crear conciencia sobre la importancia de vivir
en un ambiente sano a partir de la
vocación ciudadana para generar cambios actitudinales con
un sentido ético y valorativo.
- Realizar la cartelera mural
con mensajes alusivos al proyecto, en el que se motive a la práctica permanente
de actitudes y prácticas propias de las competencias ciudadanas.
4.2
MARCO TEÓRICO
4.2.1
Aspectos específicos de cultura
ciudadana. Para comprender el concepto de cultura
ciudadana es importante hacer una explicación del concepto de “cultura”, tarea
que no resulta fácil, como lo sostienen muchos autores[1],
al decir que no existe una completa y estructurada definición que diga qué es
la cultura, pero si se revisa el significado etimológico de la palabra cultura,
se ve que proviene del latín cultus, que
significa ‘cultivo’[2].
El significado inicial se refería al
trabajo y provecho de la tierra, es decir, una práctica constante de
actividades en pro de la transformación de lo natural. De ahí que tal noción
sea aplicable para el cultivo del hombre, quien desarrolla conocimiento y los
afirma por medio de su capacidad intelectual, resultando entonces, en su
sentido metafórico, la cultivación del espíritu, pues desde siempre las
civilizaciones lo han establecido como fundamental en la formación humana.
La
cultura es un todo complejo que determina la formación espiritual y material
del individuo en su propia sociedad y lo hace apto para interaccionar con
miembros de otras sociedades en renglones específicos. En efecto, la cultura[3]
está integrada por un conjunto de formas estructurales de vida de un grupo
social y por las objetivaciones que se producen dentro de cada una de esas
formas estructurales.
En
este orden, constituyen así el mundo de la cultura, el conjunto de las ciencias
y las artes; los usos y las costumbres; el lenguaje; los procedimientos
técnicos; los modos de vida familiar; las religiones, los mitos y las
creencias; las actividades políticas, económicas, jurídicas y deportivas; la
vida moral y toda creación, obra o institución que produce la actividad humana
en ese incesante acaecer[4], a la literatura y la producción intelectual; en este orden de ideas, es fácil
concluir que la cultura, ha sido el principio fundamental de la vida en
sociedad. La vida urbana es generadora de cultura por definición.
Ciudad
y cultura se interrelacionan puesto que la cultura es ciudad y la ciudad es
cultura; desde esta apreciación, la cultura se concibe como tejido de
relaciones sociales vivas y, al mismo tiempo, como producto de estas relaciones
sociales así, los ciudadanos y ciudadanas son, a la vez, consumidores y
creadores de cultura.
En otras palabras, cultura
es todo lo que hacemos, es todo lo aprendido a través de la socialización, es
el comportamiento que se refleja a través de las tradiciones, costumbres,
idiosincrasia, etc. y que surge en la medida que las sociedades evolucionan;
por lo tanto, es una expresión cambiante, a la vez que es interdependientes, es
un reflejo de la estructura económica y permite a los individuos miembros de
una sociedad diferenciarse de los ajenos, identificarse con los propios,
llevando de esa manera a la formación de una conciencia individual y social, es
la manera total de vivir de un pueblo, el legado que el individuo recibe de una
comunidad determinada.
La cultura ciudadana
busca la regulación propia, la autorregulación del comportamiento entre
personas, para el acatamiento de un conjunto de normas establecidas para los
ciudadanos. Se hace hincapié en la regulación cultural de las interacciones
entre desconocidos, en particular lo público y lo privado, los espacios de
movilización, en el funcionamiento de la ciudad, y entre los ciudadanos y las
autoridades.
A partir de este concepto se puede ver que la cultura ciudadana y,
por ende, la participación activa contribuyen en la ciudad y en la institución
educativa a generar progreso y bienestar mediante el compromiso y el
planteamiento de estrategias y acciones que conlleven a la satisfacción de sus
necesidades.
Cada individuo forma
parte de diversos entornos sociales, desde la familia hasta un partido
político, un sindicato o un club deportivo. La percepción y el reconocimiento
de tales entornos es lo que se llama sentido de pertenencia. Cada entorno tiene
sus responsabilidades, que el individuo debe cumplir para participar en él adecuadamente,
es decir, para apropiárselo, respetando su ordenamiento y su carácter de
patrimonio común, además de su progreso y proyección a otros espacios.
Dimensiones e indicadores de la cultura ciudadana. Estas
dimensiones están determinadas por los siguientes aspectos:
·
Cultura de la
legalidad. Es el referente principal en la regulación de las relaciones de
convivencia. Existe cultura de la legalidad cuando se presenta armonía entre
ley, moral y cultura.
·
Acuerdo.
La capacidad de concertar y cumplir acuerdos, son el fundamento de un sistema
democrático De hecho uno de los fundamentos de la
democracia es la capacidad de los ciudadanos de participar y ponerse de acuerdo
en aspectos como el sistema político y de respetar dichos acuerdos
independientemente de los resultados. Los
acuerdos implican el conocimiento y la participación consiente de los
ciudadanos.
·
Solidaridad. Son
todas aquellas actitudes y acciones de ayuda mutua e interés por el bien ajeno
y por el bien común, entre dos o más personas, o entre grupos y comunidades. La
solidaridad va desde escuchar los problemas hasta colaborar moral o
materialmente con su solución. Es también prestar ayuda en situaciones de
emergencia, cooperar para el logro de fines comunes o públicos.
·
Tolerancia. Capacidad
de respetar las ideas, costumbres y creencias de los otros, siempre y cuando
estén en armonía con la ley. Comprende actitudes y comportamientos frente a las
diferencias raciales, culturales, religiosas y políticas.
·
Confianza. Es la
expectativa de que el otro actúe conforme a las pautas y costumbres comunes,
aportando acciones de interacción, comunicación y convivencia.
·
Cultura política. La
cultura ciudadana parte del supuesto de que los ciudadanos son sujetos de
deberes pero también de derechos, a la vez que supone que debe existir un
equilibrio entre estos y aquellos. Los individuos tienen el deber de acatar la
ley, las normas de convivencia y las reglas de juego en materia política, sin
embargo, tienen también derecho a participar en la modificación de las leyes y
las normas cuando las consideren injustas. Los aspectos principales de la
cultura política son: sistema político y conocimiento, actitudes hacia el mismo
sistema, percepción, organización social, pertenencia, actitud y confianza en
las organizaciones, mecanismos y reglamentaciones, percepción sobre la
participación y confianza de los partidos políticos.
·
Seguridad ciudadana.
Antanas Mockus dice: “Partimos de la convicción de que la seguridad no es
solamente un problema de la policía ni del estado”[5].
·
Corresponde a todos
los ciudadanos colaborar y hacerse responsable de la seguridad personal y
colectiva, conservando y promoviendo comportamientos que generen armonía a
nivel espiritual y social, participando en las medidas gubernamentales que para
este efecto se promuevan.
Variables de la cultura ciudadana.
El proyecto que los autores presentan y que busca la formación de
un nuevo ciudadano en la Institución Educativa Rural Chaparral, está fundamentado
en las cuatro variables de la cultura ciudadana. Siendo ellas:
·
Participación.
Participar no solo es tomar parte de una actividad. Es también la posibilidad
de compartir decisiones que afectan la propia vida y la vida de la comunidad en
la que uno vive; es decir, es el derecho a expresar la propia opinión que es
una de las libertades fundamentales de las sociedades democráticas. La
participación es entonces una condición para la democracia, para la justicia,
para la convivencia y para la paz. Sin embargo, hay quienes en función de la
eficiencia en las tareas del desarrollo económico y social, comienzan a
cuestionar los grados y niveles de participación social y es ahí donde tanto
las directivas como los profesores de un colegio se enredan, porque no saben
cómo poner a participar realmente al estudiante.
La participación es esencial, no sólo para que las comunidades
sean protagonistas y responsables de su propia acción educativa, sino también
para que haya un mayor disfrute y aprovechamiento de las posibilidades con las
que se cuenta.
El sujeto protagonista de la
participación es la comunidad escolar. La escuela participativa está concebida
como una comunidad integrada por padres, profesores, alumnos y personal no
docente. Toda una comunidad humana formada por seres cuya inteligencia permite
obrar conforme a una conducta finalista, implica fines u objetos para cuya
consecución se ha de cooperar. Cada escuela es siempre la escuela de un pueblo,
país o nación. Es como una familia y es una institución. Objetivamente todos
cooperan en la escuela para lograr su fin educativo. La participación es un
poderoso resorte para conseguir que la comunidad educativa se configure moral y
orgánicamente como tal, adquiera conciencia y se intensifique consecuentemente
la corresponsabilidad entre sus miembros.
La participación puede ser además un
acicate de la eficacia, un nuevo estímulo para mejorar la calidad, porque la
participación abre el campo de las iniciativas, de las nuevas experiencias y
acciones lúdicas y recreativas que generan aprendizajes significativos , debe
mejorar el contenido y el modo de la crítica, corregir defectos, reclamar que
se subsanen insuficiencias, ser cauce de exigencia frente a los poderes
públicos, y, sobre todo, tiene que ser motivadora, movilizadora de voluntades
capaces de interesarse por algo distinto al individualismo.
Por otra parte, no se puede olvidar
que la participación adquiere un significado especial para cada uno de los sectores
que integran la comunidad escolar. La participación de los alumnos ha de ser
considerada como importante contribución a su formación cívica y debiera
coadyuvar al buen orden de la institución. Aquellos padres, profesores y
alumnos que se hacen activos y participativos en la escuela lo serán también
luego en otros aspectos de su vida social conforme a las condiciones,
creencias, intereses y aficiones de cada cual.
En esa ocupación el que participa
adquiere unas destrezas, conoce los problemas de su sociedad, aprenden como se
resuelven, cómo se gestiona la consecución de objetos sociales, establece
relaciones de cooperación no regidas por el afán de lucro individual.
La participación también es un valor
que otorga personalidad a otros aspectos de la vida personal, social, cultural,
pública y política. Hay gobiernos que se han caracterizado por hacer de la
participación una de sus principales guías de acción, es así como los
ciudadanos tienen derecho a participar activamente de las decisiones que se
toman en la nación, el municipio, el barrio, la institución y en las aulas de
clase, sin embargo, participar significa algo más que tener el derecho a
opinar, es un compromiso al cambio y a mejorar, es inmiscuirse en los procesos,
en la construcción de patria.
·
Autorregulación. Es tener
interiorizados suficientes criterios, haber desarrollado suficiente
conocimiento, como para asumir uno mismo sus responsabilidades y no necesitar
prácticamente ninguna guía externa. La autorregulación consiste no solo en la
interiorización de normas, sino también en la obediencia de ellas cuando una
persona llega a desarrollar fuertemente sus principios internos y se gobierna
sólo por ellos, logra satisfacer los criterios del buen trato, el respeto, la
solidaridad, la decencia, el cuidado del entorno etc.
“La
autorregulación se construye a partir de fragmentos externos que ofrece el
arte, la religión, la cultura en general sobre todo a través de las personas
especificas que se acercan a uno”. Estos se van convirtiendo en criterios
morales, que a su vez se constituyen en una autoridad interna con fragmentos de
autoridades externas. Así, “Uno esta guiado desde fuera de dos maneras: por la
vía legal y por la vía cultural y es regulado desde adentro por sus principios,
por su conciencia, por su capacidad de autoevaluación. Cuando estos tres
sistemas de señales actúan en la misma dirección se logra una sana convivencia”[6].
·
Sentido de pertenencia. Es una actitud
de amor ideal y de apego de alguien al lugar en que trabaja, reside o estudia
aunque el sentido de pertenencia suene como algo individual, en una
organización que contribuye colectivamente, en responsabilidad de todos los que
comparten un espacio. Implica una mirada hacia el criterio de la institución y
detectar las necesidades afectivas, situacionales y cognoscitivas de los
estudiantes que van a determinar sus comportamientos y anotar el porqué se
comportan de ciertas maneras.
El
sentido de pertenencia lo lleva por dentro cada individuo y lo demuestra en el
desempeño cotidiano. Rocío Londoño en la
cultura ciudadana como estrategia dice: “Aprópiese de la ciudad en aprender a
usarla, valorándola y respetándola como patrimonio común”[7]
·
Convivencia, diario vivir, interacción.
Todos los seres vivos son sistemas dinámicos en continua interacción con la
circunstancia. Las interacciones por lo general involucran otros seres vivos y
en particular otros seres humanos[8].
Los
seres humanos son distintos, ven el tiempo histórico según criterios
diferentes, aprecian bienes diversos, hacen las mismas cosas de manera
diferente y planean y edifican el mundo en que viven de acuerdo con sus ideas,
sus necesidades y sus conveniencias. Se presentan como cultivadores de las
fuerzas de la naturaleza, cultivan no sólo la tierra y los rebaños, sino sus gestos,
sus expresiones, su fisonomía, los hábitos de vivienda, vestido y alimentación;
cultivan amistades, el espíritu y las relaciones con entes divinos.
El
cultivar es un gesto profundamente humano en cuanto es de cultura, hay un culto
inmerso en el gesto de cultivar de la misma forma que todo gesto de cultura
manifiesta el cultivo de alguna cosa. Para vivir, hay que admitir la vida de
los otros como un punto de encuentro en el cual aparece la libertad, ésta
pertenece a nuestro ser psíquico y espiritual.[9]
A la vez, es un universo de ayuda
mutua, de participación constante en la transformación del hombre y del
ambiente que lo rodea, ya que el hombre es un ser en relación consigo mismo,
con los demás, con el medio, con el trascendente.
La investigación realizada hasta ahora
sobre la cultura escolar colombiana, muestra que la escuela debe hacer mayores
esfuerzos en la construcción de una cultura ciudadana, para ello es oportuno
socializar e interiorizar los siete aprendizajes básicos para la educación en
la convivencia, realizados por la Fundación Social y acción pedagógica, a
través de la “Lúdica en la cultura ciudadana”. Estos principios básicos son:
·
Aprender
a no agredir al congénere
·
Aprender
a comunicarse
·
Aprender
a interactuar
·
Aprender
a decidir en grupo
·
Aprender
a cuidar la salud
·
Aprender
a cuidar el entorno
·
Aprender
a valorar el saber social[10]
Todos estos conceptos de cultura ciudadana adquieren sentido como
sustento teórico del proyecto cuando
se integran a otros elementos fundamentales como la formación ciudadana y las
competencias ciudadanas, que junto a las competencias básicas y laborales, son
el medio a través del cual la “Revolución Educativa” propuesta por el
Ministerio de Educación Nacional ayudaría al mejoramiento de la calidad educativa.
La formación ciudadana es una
prioridad importante hoy en día en el contexto del país y de la ciudad, ya que
Colombia sigue siendo uno de los países con índices más altos de violencia del
mundo. Por ello, la escuela es un lugar determinante para la formación de
ciudadanía, pues además de aprender de la misma, se puede practicar en
ambientes reales, siendo necesario diseñar dicha formación en principios claros
que garanticen el impacto de dicha formación.
4.2.2 Aspectos específicos de competencias ciudadanas. En
la educación se han enseñado, tradicionalmente, contenidos y temas que todos
los estudiantes deben conocer.
En la propuesta de la llamada
“Revolución Educativa” aparece el término de competencia, en la que se propone
que lo importante no es sólo conocer, sino también saber hacer. La competencia
implica poder usar el conocimiento en la realización de acciones o productos
que permitan determinar si el estudiante está comprendiendo lo que aprendió.
Se trata de que las personas puedan
usar sus capacidades de maneras flexibles para enfrentar problemas nuevos de la
vida cotidiana.[11]
En el marco de la “Revolución Educativa”,
el Ministerio de Educación Nacional (MEN) está promoviendo el desarrollo de
cuatro competencias básicas: matemáticas, lenguajes, ciencias sociales y
ciudadanas.
Las competencias ciudadanas son
aquellas habilidades cognitivas, emocionales y comunicativas, conocimientos y
actitudes que, articuladas entre sí, hacen posible que el ciudadano actúe de
manera constructiva en la sociedad democrática, permitiendo que los ciudadanos
contribuyan a la convivencia, a la construcción de procesos democráticos y a comprender
la pluralidad como oportunidad y riqueza de la sociedad, tanto en su entorno
cercano (familia, amigos, aula, institución escolar), como en su comunidad,
país o a nivel internacional.[12]
Las competencias ciudadanas se
trabajan desde tres ámbitos temáticos: construcción de la convivencia y la paz,
participación y responsabilidad democrática y pluralidad, identidad y
valoración de las diferencias.
Todos estos conceptos son claves en el diseño, implementación y
evaluación del proyecto,
ya que los alumnos que hacen parte de la propuesta se encuentran en el nivel de
educación media, nivel en el cual las competencias ciudadanas, básicas y
laborales guían el currículo al cual corresponde su formación.
4.2.3
Aspectos generales de lúdica. Se entiende por recreación a todas
aquellas actividades y situaciones en las cuales esté puesta en marcha la
diversión, como así también a través de ella la relajación y el
entretenimiento. Son casi infinitas las posibilidades de recreación que existen
hoy en día, especialmente porque cada persona puede descubrir y desarrollar
intereses por distintas formas de recreación y divertimento.
La recreación se da normalmente a
través de la generación de espacios en los que los individuos pueden participar
libremente de acuerdo a sus intereses y preferencias. La noción básica de una
situación de recreación es la de permitir a cada uno encontrar lo que más
placer le genera, pudiendo por tanto sentirse cómodo y haciendo entonces lo
mejor de la experiencia. La recreación se diferencia de otras situaciones de
relajación tales como el dormir o descansar ya que implica siempre una
Participación más o menos activa de la persona en las actividades a
desarrollar.
Ha sido científicamente comprobado que
aquellas personas que se ven inmersas en sus rutinas laborales y que no dedican
espacios a experiencias de recreación, suelen sufrir por lo general mayores
niveles de estrés, angustia y/o ansiedad. Por tanto, la recreación sirve al ser
humano no sólo para activar el cuerpo, sino también para mantener en un sano
equilibrio a la mente. La recreación como actividad organizada puede
desarrollarse tanto en espacios abiertos como en espacios cerrados. Claros
ejemplos del primer caso serían todo tipo de actividades a realizar en parques,
plazas o en la naturaleza. Para el segundo caso, pueden ser perfectas opciones
aquellas actividades recreativas relacionadas con el arte, la música, la
comunicación, el teatro, el cine y el uso de tecnologías de última generación.
La recreación puede abordarse
desde la definición que la señala como una experiencia lúdica. La recreación
como experiencia lúdica es un proceso particular de múltiples interrelaciones
con las dimensiones del desarrollo humano. La recreación no es una experiencia
exclusiva de la dimensión corporal, pero encuentra en ésta el espacio
privilegiado para su desenvolvimiento, dado su carácter vivencial, emocional y
desinteresado.
La recreación está en la base del trabajo pedagógico con
diferentes campos de práctica social de la educación física como el deporte, la
danza, el uso del tiempo y el espacio, en los cuales se vivencian y
experimentan múltiples formas de actuar y de relacionarse en el cuerpo social.
La lúdica se refiere a la necesidad
del ser humano, de sentir, expresar, comunicar y producir emociones primarias
como reír, gritar, llorar y gozar, emociones orientadas hacia la entretención,
la diversión y el esparcimiento poseyendo una ilimitada cantidad y formas,
medios de expresión como lo manifiesta el profesor Carlos Bolívar Bonilla[13].
Para Max Neef[14]
se puede expresar que la lúdica debe ser concebida no solamente como una
necesidad del ser humano sino como una potencialidad creativa. Esto es que el
hombre no solo requiere de la lúdica para su desarrollo armónico sino que
también puede y en verdad lo hace. Producir satisfacciones de dicha necesidad
durante su desarrollo histórico, social y ontogenético. Por esta razón el
hombre ha bailado, reído y jugado desde tiempos inmemorables y cada nuevo ser
empieza su incursión en el mundo de la vida mediante actividades lúdicas con
los elementos de su entorno.
Para Rossy Pérez[15]
la lúdica es considerada como una dimensión del desarrollo humano, expresión macro que abarca el sentido
del disfrute y de libertad de los procesos de expresión creativa y proyectiva,
por medio de la cual se buscan altos niveles de gozo y bienestar en la
cotidianidad del ser humano, trascendiendo el juego.
Desafortunadamente,
son muchas las equivocaciones que se tienen sobre el concepto de lo lúdico, una
de ellas es la identificación de éste con el juego, la recreación, el ocio y el
tiempo libre. En este sentido, debe aclararse que la lúdica no se restringe
únicamente al juego, aunque no lo desconoce como tal; se podría iniciar
diciendo que es más profundo que el simple acto de jugar.
Al
respecto, en términos de Héctor Ángel Díaz “la lúdica hace referencia a
situaciones que producen diversión y placer y que van mucho más allá de juego y
la recreación. A través de la lúdica los estudiantes expresan sus emociones,
aprenden valores, y aprenden a convivir pacíficamente en un ambiente adecuado y
oportuno”[16].
Los
autores del presente proyecto, están de acuerdo con la conceptualización del
anterior autor, dado que mucha veces el término lúdica es confundido con juego
o recreación, aquí se permite observar que este concepto abarca toda “acción
que produce diversión, placer, alegría y agregan un término más, toda acción
que se identifique con la recreación y con una serie de expresiones culturales
(teatro, danzas, música, competencias deportivas, juegos de azar, juegos
infantiles, fiestas populares, actividades de recreación, la pintura, entre
otras)”[17].
Según
Héctor Ángel Díaz el fenómeno lúdico se puede estudiar desde tres niveles.
El
primer nivel corresponde a las características esenciales que definen la
práctica lúdica, el segundo nivel alude al sistema de representaciones
simbólicas y manifestaciones (imaginarios culturales, rituales y normatividad)
de la lúdica y el tercer nivel corresponde a la función lúdica del sujeto.[18]
De
acuerdo con este mismo autor, la lúdica se caracteriza por tener diferentes
formas de movimiento, expresar lenguajes simbólicos, placer, diversión y
alegría, son acciones que buscan reconocimiento y representaciones simbólicas
de la realidad que expresan imaginarios socioculturales del contexto. Su
contenido corresponde a un contexto espacio
temporal específico que constituyen rituales, contiene reglas o normas y
expresan emocionalidad.
El
sujeto al construir los mundos imaginarios y recrearlos en diferentes formas
culturales lo hacen a partir de representaciones simbólicas construidas sobre
el mundo de la vida y las incorpora sobre sí mismo transformándose en actor de
las situaciones, asume roles con ellas y actúa “como si”. Es el juego de
transformar su yo, prisionero en el mundo de la vida social y material, en el
otro yo libre en el mundo de la ficción.
En
esta misma dimensión de las relaciones problemáticas y conflictivas se puede identificar
la influencia de otra circunstancia no determinante, en la génesis de la
lúdica, relacionada con el campo cognoscitivo del sujeto.
En
la infancia al niño se le presentan dificultades para comprender racionalmente
fenómenos de la vida y la manera de asimilarlos es mediante la representación
simbólica y la expresión por medio del juego. En este sentido lo misterioso y
lo desconocido se vuelve objeto de ritualización y simulacro.
En
consecuencia, existe una función lúdica que reproduce simbólicamente la
experiencia de vida encontrando un verdadero sentido de identidad y
pertinencia.
De
este modo, es una necesidad y un deber de la educación y la pedagogía educar
desde la niñez y la adolescencia en lúdica con el propósito de generar
competencias a partir de los principios de la lúdica.
La noción básica de recreación es la
de permitir a cada uno encontrar lo que más placer le genera, pudiendo por
tanto sentirse cómodo y haciendo entonces lo mejor de la experiencia. La
recreación se diferencia de otras situaciones de relajación tales como el
dormir o descansar ya que implica siempre una participación más o menos activa
de la persona en las actividades a desarrollar.
Históricamente
la recreación tiende a expresarse en dos tendencias: la primera, considera que la recreación es una práctica
institucionalizada del tiempo libre cuyas funciones principales son el goce, el
placer y el descanso y sus prácticas se circunscriben a ésta esfera horaria.
De ahí que
en la educación formal otorgue a la recreación un lugar como actividad
extracurricular (juegos, dinámicas y prácticas que relajen o que permiten a los
estudiantes salir de la rutina escolar). Para la segunda tendencia, se le
asigna a la recreación funciones de desarrollo, en la medida que se atribuye a
las prácticas recreativas un valor pedagógico que se articula a procesos
educativos de transformación socio cultural.
Carlos Alberto Jiménez V., un reconocido y
prolífico autor latinoamericano, estudioso de la dimensión lúdica, describe:
"la
lúdica como experiencia cultural, es una dimensión transversal
que atraviesa toda la vida, no son prácticas, no son actividades, no es una
ciencia, ni una disciplina, ni mucho menos una nueva moda, sino que es un
proceso inherente al desarrollo humano en toda su dimensionalidad psíquica,
social, cultural y biológica. Desde esta perspectiva, la lúdica está ligada a
la cotidianeidad, en especial a la búsqueda del
sentido de la vida y a la creatividad humana."[19]
Ernesto Yturralde Tagle,
investigador, conferencista y precursor como facilitador de procesos de
aprendizajes significativos utilizando actividades lúdicas, comenta:
"Es
impresionante lo amplio del concepto lúdico, sus campos de aplicación y
espectro. Siempre
hemos relacionado a los juegos, a la lúdica y
sus entornos así como a las emociones que producen, con la
etapa de la
infancia y hemos puesto ciertas barreras que han estigmatizado a los juegos en
una aplicación que derive en aspectos serios y profesionales, y la verdad es que ello
dista mucho de la realidad, pues que el juego trasciende la etapa de la
infancia y sin darnos cuenta, se expresa en el
diario vivir de las actividades tan simples como el agradable compartir en la
mesa, en los
aspectos culturales, en las competencias deportivas, en los juegos
de video, juegos electrónicos, en los juegos de mesa, en los juegos de azar, en los espectáculos, en
la discoteca, en el karaoke, en forma de rituales, en las manifestaciones folklóricas de
los pueblos,
en las expresiones artísticas, tales como la danza, el teatro, el
canto, la
música, la plástica, la pintura, en las obras
escritas y en la comunicación verbal, en las conferencias, en manifestaciones
del pensamiento lateral, en el compartir de los cuentos, en la enseñanza, en el
material didáctico, en las terapias e inclusive en el cortejo de parejas y en
juego íntimo entre estas. Lo lúdico crea ambientes mágicos, genera ambientes
agradables, genera emociones, genera gozo y placer."[20]
[1] COGOLLO
BERNAL, Álvaro. Concepción Antropológica de la Cultura. (10º: 1983:
Barranquilla) En: Revista Huellas. Barranquilla.1983.
p. 29
[2] RODRIGUEZ,
Betty y VALVERDE, Dorheidi. Cultura Ciudadana: Una mirada desde el bus urbano
en la ciudad de Barranquilla. Barranquilla, 2001. p. 41. Trabajo de grado
(Comunicación Social). Universidad del
Norte. Facultad de Comunicación Social.
[5] MOCKUS, Antanas. Memorias de la administración distrital. Bogotá: S. Editorial. 2004. v.1. p. 60
[6] MOCKUS, Antanas. Ley moral y cultura ¿pueden ir en la misma
dirección? (2º: 2007: Bogotá) En: Palabra Maestra, Bogotá. 2007. p. 6
[7] LA CULTURA CIUDADANA COMO ESTRATEGIA
INTEGRAL PARA FORTALECER LA CONVIVENCIA URBANA.
http//www.urbeetius.org
[8] MATURANA, Humberto. El sentido de lo humano.
Santiago: Ed. Pedagógicas Chilenas, 1991. p. 264.
[9] GADAMER, Vogler P.
Antropología filosófica. Sao Paulo; Editora Pedagógica Universitaria Ltda.
(EPU); Editora Universidad de Sao Paulo. Vol. 7, 1977. p. 235
[10] BEJARANO LAVERDE, Alberto.
Paco y los siete principios básicos para la convivencia social. Medellín:
Sociedad Nacional de la Cruz Roja. 2000. p.150
[11] MINISTERIO DE EDUCACIÓN
NACIONAL. Estándares básicos de competencias ciudadanas. Documento de trabajo.
Bogotá: MEN, 2003.
[13] BONILLA
BOLÍVAR, Carlos. Una aproximación al concepto lúdico. Bogotá: Alegría de enseñar. 1997. p. 37.
[14] MAX NEEF, Manfred A. Escala
de Desarrollo humano. Nueva York: Apex Press, 1991. P. 59-61
[15] PÉREZ
ATEHORTÚA, Rosa Elena. Aproximaciones al concepto de lúdica. Juegos Estacionarios de Piso y de Pared,
1999. 90 p.
[17] Ibíd., p. 17
[18] Ibíd., p. 16
- 18
[19] JIMÉNEZ V., Carlos Alberto.
Pedagogía de la creatividad y de la lúdica. Bogotá: Magisterio, 2006. p. 88
[20] YTURRALDE, Ernesto.
Lúdica y aprendizaje significativo [en línea]. Bogotá. 2010 [citado el 29 de
mayo de 2011]. Disponible en: <URL: http:// www.yturralde.com/ludica.htm
Muy buen trabajo, aunque hagan aportes complementarios o anexos al proyecto
ResponderEliminarEduardo, mil gracias por compartir esta información conmigo. El tema, el título son bastante sugestivos e inmediatamente invitan a ser leídos. El video compartido sobre la experiencia en otro colegio, es muy enriquecedor.
ResponderEliminarEstoy convencida de la importancia que tiene diseñar e implementar este tipo de proyectos en nuestras instituciones. Debemos hacer todo lo que esté en nuestras manos para potenciar los valores en nuestras comunidades educativas, pues de esta manera contribuimos con la construcción de la sociedad que queremos.